El changüí no es son, pero casi. Pertenece a la gran familia de la música cubana.
Uno de los grupos más fuertes de la timba cubana es la orquesta de Elito Revé, heredero de su padre, recomendado documental sobre el changüí de Elio Revé (el papá)
Elito Revé y Su Charangón- Elio Revé el Embajador del Changüí (Documental)
Parte I
El día del son cubano fue una idea propuesta por el maestro Adalberto Alvarez (dejó esta tierra el 1 de septiembre 2021), uno de los mejores soneros. Ahora, su idea es ley. Aprobaron un decreto para declarar el son cubano como patrimonio del país. Para la dicha de todas y todos los soneros este día se celebra con conciertos y bailes (que se pueden ver por las redes sociales).
Escoger el 8 de mayo como fecha para celebrar el son no es un capricho, es pura coincidencia histórica. Dos grandes soneros Miguel Matamoros en 1894 y Miguelito Cuní en 1917 nacieron un 8 de mayo.
Pero la historia del son es tan grande y el movimiento artístico tan prolífero que deben existir muchas otras coincidencias. ¡Para nosotros, todos los días del calendario están llenos de sones!
Ignacio Piñeiro, un gran sonero y “un radical del son” decía por los años 1920: «El son es lo más sublime para el alma divertir, debiera de morir quien por bueno no lo estime». Ese refrán lo retomaron orquestas soneras de renombre como el Septeto Sanpteto Nacional (del que Piñero fue fundador) o la Sonora Matancera y su cantante estrella Celia Cruz, quienes inmmortalizaron el refrán con música en la canción “Suavecito”. Otra canción inmortal de Piñeiro fue “Échale salsita” tema del que tal vez provenga el término “Salsa” que calificaría ese tipo de música caribeña que nos gusta tanto.
– Las rimas, las letras del son, a veces fuertes, a veces humorísticas y muchas veces románticas son particulares. ¡Ok! Es cuestión de gustos. El lenguaje poético del son no es una amenaza sino una declaración de amor apasionado. Lo que caracteriza el son es la improvisación. Los soneros buscan sorprender a un adversario que responde con versos en rimas de trova o buscan divertir a su público hablando de todos los temas posibles e imaginables.
Nos puede gustar la rumba, el afro, la salsa e incluso hasta…😜 el reggaeton y la bachata, pero por favor reconozcamos las raíces de la música. A César lo que es del César.
Podemos vivir y bailar sin aplicar lo anterior, ¡claro! Pero es como no saber que el origen de las papas (o patatas) es América del Sur. Podemos no saber historia, pero las papas han sacado de la hambruna a más de un país.
Para la música cubana, el son y la rumba son raíces profundas. Un padre y una madre que tienen en sus genes a Africa y a Europa. Los Congos, los Carabalís, los Lucumís, los Yorubas, más de cinco imperios y civilizaciones africanas repartidas en más de 100 tribus se mezclaron entre ellas y con los pobladores locales, también con los colonos esclavizadores. Por la repartición del mundo de ese entonces, en Cuba eran los Españoles.
Por supuesto, el árbol genealógico de la gran familia musical cubana es más rico, diverso y mixto que eso. El changüí, por ejemplo, es un hermano mellizo del son. Diferente, pero muy emparentado.
Las poblaciones locales precolombinas de la más grande de las Antillas: la Subtamo, la Mayarí, la Taíno, la Caraïbe, la Siboney, etc., fueron exterminadas por los colonos. Tanto el son como la rumba nacieron de ese mestizaje africano y español (y un poco de indígena por supuesto). ¡Y nos encanta el son y la rumba! Sin ellos no habría ni timba, ni salsa, ni rueda de casino. Peor aún, no tendríamos los cursos de la asociación Candela. En la práctica bailamos sobretodo en rueda (si las condiciones sanitarias lo permiten) 😷 y los calentamientos reggaeton de Caro son inolvidables. Las clases de Chara y Thomas el rumbero aportan las bases necesarias!!! A veces hacemos cursos de son. Baile elegante y sofisticado, simple para los conocedores pero difícil para el principiante que no tiene el “contratiempo” ni “la clave” en la mente.
¡¡¡Ven a los cursos y descubre si tienes la clave en el corazón!!! -Ahh, y para los que no saben qué es la clave, ¡con más razón aún! Únete al baile…